sábado, 4 de junio de 2016

Talleres de formación artística
de los niños bogotanos: semilleros de paz  

Por: Maximiliano Londoño Penilla
Coordinador Pedagógico de la Asociación Cultural Vuelo
"Si logramos que nuestros niños sean felices lo demás lo podemos solucionar, queremos niños que sean amados en la casa, que se sientan seguros en el colegio, que no haya matoneo, que se respeten las diferencias, unos niños que puedan desarrollar sus habilidades", dijo el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, en el Consejo Distrital de infancia. Foto de la Alcaldía. 







Los talleres entendidos como espacios de crecimiento garantizan a los niñas y a los niños la posibilidad de hacer cosas y, al mismo tiempo, incitan a la reflexión sobre qué están haciendo. El taller es un lugar especializado y en él se desarrollan actividades meditadas. En el taller es posible curiosear, probar y volver a probar, concentrarse, explorar, buscar soluciones, actuar con calma, sin la obsesión de obtener un resultado a toda costa. Puede también ser una diversión y un juego. Es hacer por el placer de hacer. El taller ayuda a los niños a crecer dejándoles tiempo para crecer.

Battista Quinto Borghi,  "Los talleres en educación infantil. Espacios de crecimiento"
                                               


Este documento forma parte del proyecto de investigación que la  Asociación Cultural Vuelo (antigua Asociación Lyndon LaRouche)  realiza sobre los procesos asociados a los talleres de formación artística que sus artistas formadores llevan a cabo con  52 grupos de niños de los colegios: Ricaurte (20 grupos, discriminados así: 8 de artes plásticas, 4 de danza, 2 de teatro, 4 de literatura y 2 de música), José Martí  (9 grupos, discriminados así: 1 de artes plásticas, 4 de danza y 4 de teatro), Tomás Carrasquilla (3 grupos, discriminados así: 2 de literatura y 1 de música) y Carlos Arango Vélez (11 grupos de música).

El propósito de este escrito es hacer un reflexión sobre el concepto de taller artístico que ha ido emergiendo y enriqueciéndose  en la realización misma de esos talleres. Con la ejecución creciente de estos talleres en las instalaciones de los colegios, en lugar de en los CLAN IDARTES, sitios, estos últimos,  acondicionados y con disponibilidad de materiales y equipos apropiados para los talleres, de hecho, los talleres han tenido que llevarse a cabo en las aulas de clase tradicionales, con las limitaciones inherentes a esas instalaciones. Esto ha desafiado la inventiva de las organizaciones artísticas y de los artistas formadores, quienes en condiciones no óptimas han cumplido con la misión de  formación artística de los niños de los colegios distritales. Así, se ha revelado que aunque lo adecuado es disponer de espacios amplios y bien dotados de los materiales y equipos requeridos, el concepto de taller implica también  la transformación del espacio – tiempo convencional  en un espacio- tiempo artístico de creación, aún en condiciones precarias.

Algunos colegios como el colegio Eduardo Santos, que tenían un espacio limitado pero disponible, decidieron construir unas aulas nuevas dispuestas para la realización de los talleres artísticos. Aunque estas no son suficientes para albergar a los estudiantes en la jornada ampliada en la que se realizan los talleres, si evidencian la voluntad política de los rectores, que buscan ampliar la planta física de los colegios para adecuarla a las crecientes necesidades de una jornada completa educativa (8 horas).


















Colegio Ricaurte. Taller de construcción de instrumentos musicales con materiales reciclables. Asociación Cultural Vuelo, Programa CLAN IDARTES, 2015.

Algo semejante ha hecho el colegio Ricaurte, el cual logró que el Distrito alquilara un local amplio que colinda con las instalaciones del colegio. Con solo romper una pared y colocar una puerta,  el colegio ahora dispone de varias áreas  que se han asignado tanto a las actividades artísticas como a las deportivas.

Al respecto, la Secretaría de Educación Distrital debería llevar a cabo un inventario que deje en claro qué colegios públicos disponen de espacios en los cuales se pudieran construir nuevas instalaciones diseñadas para la realización de los talleres de formación artística y de prácticas de recreación y deporte. Esas “aulas” deberán ser amplias y dotadas de los materiales y equipos requeridos para la ejecución de los talleres de formación artística. Así mismo, los nuevos colegios que se construyan deberán estar diseñados para poder realizar la jornada completa, incluidos los espacios para las actividades artísticas y deportivas. Este inventario de espacios disponibles en los colegios debería formar parte de un inventario más amplio en el que se incluyan todas las instalaciones, auditorios, bibliotecas, salones comunitarios, etc., que eventualmente puedan ser usados para la realización de talleres artísticos y eventos de circulación y socialización artística.
















Semillero artístico de la Asociación Cultural Vuelo. Presentación de la obra La isla del tesoro, en el Teatro Acto Latino, junio de 2013.

El costo del transporte de los niños a los sitios donde están ubicados los CLAN y la “evasión” de niños,  que por diversas razones  finalmente no llegan  al CLAN,  razones entre las que se incluyen la falta de cooperación de algunos padres de familia que todavía no conocen las bondades del programa de formación artística de los niños, implica la resignificación de los CLAN, de un lado, y el aprovechamiento de las ventajas que significa estar en el colegio mismo dictando los talleres, en términos de las posibilidades de construcción de tejido social con los diversos  estamentos de la comunidad adscrita al colegio: estudiantes, docentes de planta, directivas del colegio y padres de familia.

Una de las modificaciones que debería llevarse a cabo en los Convenios de Asociación que tienen las organizaciones artísticas con IDARTES, para la realización de estos talleres de formación artística de los niños, es que se establezca, explícita y formalmente, que los talleres de formación artística podrán dictarse no solamente a los niños –los cuales deben seguir siendo el foco central-, sino también a los docentes de los colegios y a los padres de familia, para sensibilizarlos sobre la importancia de esta actividad. Y por qué no también  a otros miembros de la comunidad barrial?

Los CLAN deberían seguir acogiendo a los niños cuyos colegios no dispongan de áreas disponibles para llevar a cabo los talleres artísticos, pero paralelamente los CLAN, deberían convertirse en lugares de libre acceso para la formación artística de los ciudadanos, sin discriminación de edad, sexo o condición física. Con convenios interinstitucionales como el que actualmente tiene las Secretaría de Educación Distrital con la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, a través del cual se financia el programa CLAN-IDARTES, convenios que incluyeran a otros entes como la Secretaría de Seguridad y la Secretaría de Integración Social, los CLAN IDARTES, podrían convertirse en el mejor pivote de los tres pilares del nuevo Plan  Distrital de Desarrollo de la administración que preside Enrique Peñalosa: 1) Igualdad en calidad de vida, 2) Democracia urbana, y 3) Construcción de comunidad. 
















Colegio Ricaurte, artes plásticas, artista formador Manuel Malaver, Clan IDARTES la Pepita, Asociación Cultural Vuelo 2016.

La labor realizada por las organizaciones culturales y artísticas de Bogotá en convenio con el proyecto CLAN IDARTES, para llevar a cabo el programa de formación artística de los niños de los colegios distritales, se ha convertido en el más avanzado proyecto piloto de  construcción de tejido social,  una escuela de convivencia ciudadana con aceptación y comprensión de las diferencias, vital para el proceso de afianzamiento de una paz duradera en el posconflicto.  De hecho, una de las  más importantes  contribuciones  de Bogotá al proceso de paz sería a través del arte. No es casual que Bogotá sea conocida como capital artística,  tanto nacional como internacionalmente.  El alcalde Peñalosa puede alterar positivamente la dinámica de nuestro país si le asigna a Idartes y a las organizaciones artísticas y culturales de la ciudad la responsabilidad  de darle impulso, en particular,  al 3º pilar del plan de desarrollo (Construcción de comunidad).  La realización de este objetivo implica, en realidad, promover  la formación ciudadana para la convivencia pacífica en el posconflicto.














Colegio Alfonso López Pumarejo, danza, Clan IDARTES Las Delicias, artista formador Joel Aquino, Asociación Cultural Vuelo 2016.

La comprensión de esta dinámica del arte vivo en la educación,  la cultura, la ciencia, la economía y  la política abre nuevas dimensiones al  proceso de forjar una Colombia que ofrezca mejores oportunidades para todos y cada uno de los ciudadanos de nuestro país, de tal manera que éstos  puedan desarrollar su potencial creativo y sus conocimientos como fundamento sólido del desarrollo, industrial, agrícola, científico, tecnológico, artístico y cultural de la nación.

Bogotá,  2 de junio de 2016
maxlondono53@gmail.com
forodeproyectosestrategicos.blogspot.com

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