domingo, 1 de febrero de 2015

Fundamentos económicos para la paz en Colombia

Fundamentos económicos para una paz duradera

Por Maximiliano Londoño Penilla

Para garantizar que el proceso de diálogo entre las FARC y el gobierno del Presidente Juan Manuel Santos pueda materializarse en una paz duradera para Colombia, hay que aprovechar la ocasión de este proceso para establecer y poner en marcha una verdadera Agenda para la Reconstrucción Económica Nacional. De los cinco puntos mencionados por el Presidente Santos, como la “hoja de ruta” para el proceso de negociaciones con la guerrilla, sólo el primero de ellos se refiere a la “política de desarrollo agrario integral”, los otros cuatro puntos se refieren a garantías políticas para la guerrilla, fin del conflicto, solución al problema de las drogas ilícitas y restauración de derechos de las víctimas de la violencia.

La agenda económica de la paz debe incluir, entre otros, los siguientes temas: 

1) Industrialización o desarrollo de las manufacturas, 

2) Modernización del sector agropecuario, además de la distribución de tierras en unidades auto sostenibles económicamente, 

3) Integración física del territorio nacional a través de una enorme red de infraestructura de transporte que incluya trenes electrificados y de levitación magnética,   

 4) Creación de un ente estatal que suministre crédito barato y a largo plazo para financiar los proyectos industriales, agrícolas y de infraestructura, a bajas tasas de interés y a largo plazo, 

5) Incorporación de Colombia a las más avanzadas áreas de la ciencia y tecnología, entre las que se incluyen, las ciencias aeroespaciales, la energía nuclear para usos pacíficos, robótica, nanotecnología y el uso pleno del espectro electromagnético en sus diversas aplicaciones.

El Presidente Santos tiene la oportunidad histórica de iniciar el proceso de convertir a Colombia en una potencia agrícola e industrial, pero eso significaría abandonar las recetas económicas ortodoxas neoliberales, que de hecho han fracasado históricamente como se puede apreciar en la crisis económica y financiera que ha destruido a los propios Estados Unidos y a Europa.  Una “paz barata” con esquemas de austeridad diseñados por el Fondo Monetario Internacional y basada en la simple exportación de bienes primarios sin ninguna elaboración, no es ninguna garantía para una verdadera paz, porque el bienestar general de las presentes y futuras generaciones se basa en que haya trabajo estable, productivo y bien remunerado. La paz duradera se pacta con todos los colombianos.

El Presidente Santos debería adoptar los métodos y las políticas del Presidente Franklin Delano Roosevelt (FDR), quien no sólo derrotó a la Gran Depresión de los años treinta, sino que convirtió a Estados Unidos en la máquina más poderosa del planeta.  FDR no tuvo problema en abandonar las políticas librecambistas británicas y retornar a las políticas dirigistas de Alexander Hamilton, primer secretario de hacienda de los Estados Unidos. En esencia Hamilton estableció un Banco Nacional que confirió crédito a bajar tasas de interés y a largo plazo para el desarrollo de las manufacturas (industrialización), modernización de la agricultura y conexión física de las diversas regiones geográficas a través de grandes obras de infraestructura (canales, ferrocarriles, carreteras, puertos, represas, etc). Así se convirtió a los Estados Unidos en una nación independiente.

Desde que nos separamos de España seguimos siendo una nación que importa buena parte de las máquinas herramientas que requerimos, e incluso una porción considerable de  la comida la traemos de afuera. No podemos seguir exportando a todos los colombianos que quieren desarrollar su talento en el sector de ciencia y tecnología avanzado, porque aquí no conseguirían trabajo. Debemos movilizarnos para poner en marcha esta agenda para la reconstrucción económica nacional como fundamento sólido de una paz duradera para todos los colombianos.

Bogotá, 7 de septiembre de 2012

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