sábado, 7 de febrero de 2015

Franklin Delano Roosevelt, el Plan Lilienthal y la paz para Colombia

Primera Parte

Franklin Delano Roosevelt, el Plan Lilienthal y la paz para Colombia

Por: Maximiliano Londoño Penilla
Foro de Proyectos Estratégicos

"El general Bolívar ganó la victoria sobre la opresión colonial, abriendo así las puertas a la independencia política y a la libertad. Puede estar cerca el momento, quizá haya llegado ya, para otra memorable serie de acontecimientos en la vida colombiana, y por medio de la vida colombiana en toda América Latina: una especie de segunda liberación………Las armas de este Libertador no serán ni el cañón ni la espada, ni el precio de esta victoria será pagado con la sangre de colombianos derramada en los campos de batalla. Las armas de la liberación esta vez serán las nuevas carreteras y ferrocarriles, la electrificación, la construcción de represas para la irrigación, para el control de inundaciones y producción de energía, nuevas escuelas y universidades, nuevos hospitales, y mejores métodos de cultivar el café, el azúcar, el ganado y el arroz. Puede decirse que los frutos de la victoria sobre la ignorancia y la enfermedad, sobre las inundaciones, la erosión del suelo y la mezquindad de las cosechas, serían tan gloriosas como las batallas ganadas por Bolívar y los patriotas. Los colombianos que dirijan a sus compatriotas hacia esta liberación del siglo veinte, serán con toda seguridad tan honrados y recordados como lo han sido los que siguieron a Bolívar hace más de 100 años y ofrecieron sus vidas para ganar la independencia de su patria."

              David Lilienthal, Informe al Presidente Gustavo Rojas Pinilla



El siguiente documento se publicó originalmente el 21 de marzo de 2003, pero su contenido tiene plena vigencia actualmente y por lo tanto se reedita, con unos pequeños cambios. En esta ocasión se publica la primera parte que es el prefacio. El contenido completo consta de cuatro partes:

1) Prefacio. Franklin Delano Roosevelt, el Plan Lilienthal y la paz para Colombia.

2) Franklin Delano Roosevelt y el sistema americano de economía política.

3) La recuperación económica del período del Nuevo Trato (1933 1937).

4) La movilización económica del “Arsenal de la Democracia” (1939 -1945).


Prefacio

El Informe Especial que hoy presentamos a consideración del pueblo colombiano, no es sólo la investigación más competente sobre los aportes del presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt (1933-45) al proceso de superar la gran depresión económica de los años 30, sino una verdadera arma conceptual para los patriotas que hoy se enfrentan a los dogmas del globalismo o libre cambio en su versión más radical. Richard Freeman, editor económico de la revista Executive Intelligence Review (EIR) elaboró esta investigación, que marca un hito en lo que hasta ahora ha sido la historiografía sobre Franklin Delano Roosevelt (FDR). Los miles de artículos, ensayos y libros que se han escrito sobre FDR no abordan el asunto central: ¿cuál fue la filosofía que guio las acciones que emprendió FDR?. FDR no fue keynesiano, ni socialista, ni resentido social; su desempeño, como el Presidente que salvó a los Estados Unidos y de hecho al mundo, de la crisis económica y de la amenaza del fascismo, no se corresponde con ninguna de las descripciones que han hecho de él sus enemigos, ni con las de los aparentemente ilustrados. FDR fue simple y llanamente un patriota estadounidense que revivió, de manera consciente, los métodos económicos y la perspectiva de los Padres Fundadores de Estados Unidos, en particular las ideas de Alexander Hamilton, primer Secretario del Tesoro en la administración de George Washington. FDR se oponía al imperialismo y a las prácticas colonialistas; son célebres las disputas que sostuvo con Winston Churchill, en las cumbres que se realizaron durante la Segunda Guerra Mundial para discutir cuál sería el mundo de la posguerra.

El Plan de David Lilienthal -elaborado en 1954 a solicitud del General Gustavo Rojas Pinilla, en ese momento presidente de la república-, para una "segunda liberación de Colombia", a través del fomento de las obras públicas, constituye una contundente lección sobre la potencia del Sistema Americano de economía política que revivió FDR. Las doctrinas y propuestas de Lilienthal, quien puso en marcha y dirigió la Autoridad del Valle de Tennessee -el más grande proyecto de infraestructura construido en el mundo-, son la refutación más contundente de las ideas y métodos asociados con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

FDR se enfrenta al imperio británico

Las diferencias abismales entre la perspectiva británica imperial y la idea rooseveltiana de estado nacional republicano afloraron de forma dramática cuando se discutía el contenido de la Carta del Atlántico en la cumbre que se realizó en Argentia, Terranova, el 13 y 14 de agosto de 1941, según lo narra en su libro "As I saw it" (“Así lo veía mi padre"), Elliot Roosevelt, hijo de FDR y testigo de excepción de esa entrevista: "Churchill se enderezó en su sillón, y comenzó a decir pausadamente:

-Los convenios comerciales del imperio son... Pero mi padre interrumpió diciendo:
-Cierto, esos convenios comerciales son precisamente un caso a tratar. A ellos justamente se debe que los pueblos de la India y de África y todo el Cercano y el Lejano Oriente coloniales estén tan atrasados".

"Se enrojeció el cuello de Churchill, adelantó su busto y dijo: -Señor presidente, Inglaterra no tiene ni por un momento la in-tención de abandonar su posición privilegiada entre los dominios británicos. El comercio que ha hecho la grandeza de Inglaterra continuará, y será bajo las condiciones dictadas por los ministros de Inglaterra".

"Mi padre dijo con toda calma: -Vea. Aquí es donde, en una u otra parte, es posible que haya algún desacuerdo entre usted, Winston, y yo. Yo creo firmemente que si hemos de alcanzar una paz estable, ella debe implicar el progreso de los países atrasados; de los pueblos atrasados. ¿Cómo es posible hacerlo? Es evidente que no se puede hacer con los métodos del siglo diecinueve. De modo....
-¿Quién habla de métodos del siglo diecinueve?

-Cualquiera de sus ministros que recomiende una política de extraerle a un país colonial su riqueza de materias primas sin devolver nada a su gente a cambio de ellas. Los métodos del siglo veinte comprenden la introducción de la industria en tales colonias. Los métodos del siglo veinte incluyen el aumento de la riqueza de la gente por medio de la elevación de su nivel de vida, proporcionándoles educación, aportándoles la sanidad....asegurándoles que han de recibir su compensación por la riqueza en materias primas de su comunidad".

"El primer ministro empezaba a parecer propenso a la apoplejía. Y dijo como gruñendo:

-Ha mencionado usted a la India...

-Sí. No me es posible creer que vamos a librar una guerra contra la esclavitud fascista y, al mismo tiempo, no tratar de libertar a los pueblos de todo el mundo de una política colonial atrasada.

_¿Y qué hay de la Filipinas?

-Me alegró de que las haya usted nombra-do. Ya sabe que en el año de 1946 obtendrán su independencia. Y han recibido sanidad moderna, educación también moderna, al punto que su proporción de analfabetos ha disminuido considerablemente.

-No es posible tocar los convenios económicos del imperio.

-Son artificiales.

-Son el cimiento de nuestra grandeza.

-La paz -arguyó con firmeza mi padre- no puede incluir la continuación de ningún despotismo. La estructura de la paz exige y conseguirá la igualdad de los pueblos ".

"Luego hubo otra entrevista que, hasta cierto punto, sirvió para poner de manifiesto el aludido torysmo de Churchill. Habíase Churchill levantado y andaba de un lado para otro del salón. Hablaba gesticulando, cuando he aquí que, de pronto, se detuvo frente a mi padre, se quedó callado un instante mirándole y, luego, agitó su rollizo dedo índice bajo la nariz del presidente, y exclamó":

-Señor presidente, creo que usted está tratando de acabar con el imperio Británico. Todas las ideas que usted abriga acerca de la configuración del mundo de la posguerra lo prueban. Pero, a pesar de ello -y agitó fuertemente su índice-, a pesar de ello, nosotros sabemos que ustedes constituyen nuestra única esperanza. Y -con voz que adquirió un grave tono dramático -ustedes saben que nosotros lo sabemos. Ustedes saben que nosotros sabemos que el imperio no persistirá sin la ayuda de Norteamérica".

"A las dos y treinta del día siguiente se había logrado el acuerdo final respecto a la declaración conjunta que debía hacerse. El presidente y el primer ministro anunciaron conjuntamente, en nombre de los Estados Unidos y del Reino Unido, los ocho puntos históricos de la Carta del Atlántico".

Desafortunadamente, la muerte prematura de FDR en abril de 1945 impidió que él personalmente ejecutara esta política anticolonial y antiimperialista, sin embargo, y a pesar del servilismo del presidente Harry Truman con el imperio británico, los procesos que puso en marcha FDR continuaron vigentes, cada vez con menos fuerza hasta media-dos de los 1960, cuando el asesinato del presidente Kennedy apagó la llama del espíritu de FDR que se había encendido de nuevo con el impulso al programa aeroespacial de conquista de la luna emprendido por Kennedy. A partir de 1971, formalmente el mundo entró en un cambio de fase que nos ha llevado a la actual depresión y a su secuela, la guerra; una guerra sin fundamentos válidos y sin principios morales, es la que actualmente llevan a cabo George Bush Jr. y Tony Blair.

Las   guerras   del   nuevo imperio de Bush y Blair

El impulso hacia un tercera guerra mundial que puede emerger como consecuencia del "Choque de Civilizaciones" impulsado por Samuel Huntington, Zbigniew Brzezinski y el resto de halcones discípulos de Leo Strauss que controlan el gobierno de George Bush, Jr., pretende servir de "cortina de humo" al desplome del sistema financiero internacional que ha entrado en su fase de derrumbamiento crítico. Bush, un hombre pendenciero, vengativo y de limitadas capacidades intelectuales es manipulado por un grupo de "neoconservadores" imperialistas y unilateralistas que pretende eregir un nuevo imperio romano angloparlante. La guerra contra Irak no tiene ningún fundamento válido, porque esa nación no representa actualmente ninguna amenaza para los Estados Unidos o para cualquier otra nación del mundo. Saddam Hussein puede caerle mal a algunas personas pero esa no es razón para acabar de destruir a una nación que en la última década de invasión y ataques militares ha perdido toda su infraestructura. La guerra contra Irak es el detonador de una guerra más profunda que puede abarcar a todo el globo terráqueo, confrontación análoga a las "guerras religiosas" que desde principios de 1.500 hasta 1.648 arrasaron a Europa. Porque algunas naciones de Europa tienen todavía presente los recuerdos de las dos últimas guerras mundiales, se han opuesto a los designios demenciales del gobierno de Bush.

 A pesar de su debilidad, la mayoría de los líderes de Europa Occidental sabe que una paz duradera sólo se sembrará a través de una alianza económica con el continente eurasiático en su conjunto. Esto significa unir con grandes proyectos de infraestructura a China, Rusia, India, Japón y el resto de las naciones de Asia, con las naciones de Europa Occidental, y a partir de este Puente Terrestre Eurasiático, conectar al resto de las masas continentales del planeta, es decir a África y a las Américas (vía un túnel-canal en el estrecho de Bering). Como en las anteriores dos guerras mundiales, la nueva que se impulsa por Bush y Blair, intenta destruir este potencial económico euroasiático.

El Nuevo Bretton Woods

El verdadero debate económico no es entre Joseph Stiglitz y Jeffrey Sachs, de un lado -a quienes se les presenta ahora como "disidentes" de las políticas del FMI-, y Kenneth Rogoff, el gurú del FMI, del otro lado. Se puede salvar a la especie humana si se sepultan para siempre los métodos y políticas del FMI y se inicia un proceso de reconstrucción económica mundial cuyo eje sea reactivar la industria y la agricultura, y poner en marcha corredores de desarrollo, con ejes ferroviarios como columna vertebral, que articulen a todas las masas continentales del planeta. Se requiere una reorganización de bancarrota del actual sistema y la generación de nuevo crédito a largo plazo y a bajas tasas de interés para financiar estos grandes proyectos. Esto significa revivir el Sistema Americano de Economía Política, asociado a Alexander Hamilton, Mathew y Henry Carey, Federico List, Abraham Lincoln, Franklin Delano Roosevelt y John F. Kennedy.Esta corriente de pensamiento, opositora al libre cambio y al liberalismo económico y filosófico británico, se originó en la filosofía y en la concepción de economía física de Guillermo Godofredo Leibniz, y es responsable por la verdadera grandeza histórica de los Estados Unidos, a diferencia de las prácticas librecambistas, colonialistas e imperialistas de Teodoro Roosevelt, Woodrow Wilson, Calvin Coolidge, Jimmy Carter y los Bush (padre e hijo).

Todo individuo se mide frente a la historia de acuerdo a su respuesta a los diferentes desafíos que se le presentan a la sobrevivencia exitosa de la especie humana. En especial las crisis profundas como la actual son la prueba tornasol para calibrar la capacidad de liderato. El verdadero líder es aquel que es capaz de concebir y poner en marcha una nueva idea, idea que en general es considerada como "imposible" de materializar, de acuerdo a los parámetros existentes, pero que al mismo tiempo es indispensable para que la sociedad salga de la encrucijada en la que se encuentra y pueda avanzar. Se puede contrastar lo que hacen la mayoría de los jefes de estado de las naciones del mundo cuando someten sus pueblos a las exigencias demenciales del FMI, con la actitud, por ejemplo, de Mahatir Bin Mohamed, primer ministro de Malasia, quien frente a los sucesos de lo que pretendió presentarse como una simple "crisis asiática", tuvo la valentía y la cordura de enfrentarse al FMI. Malasia adoptó entonces medidas protectoras de su economía, como control de cambios y de capitales, en oposición abierta a las exigencias de los banqueros internacionales. Como ha podido verificarse empíricamente, Malasia se encuentra en mejores condiciones que si se hubiera sometido al FMI.

Uribe, ¿el Herbert Hoover colombiano?

Si el Presidente Alvaro Uribe mantiene la política económica librecambista que su ministro de Hacienda, Roberto Junguito, ha expresado, Uribe pasará a la historia como el Herbert Hoover colombiano. Ahora, como en la década de los 1930, en medio de la gran depresión que heredó Hoover (1929 - 1933), tanto de Calvin Coolidge (1923 - 1929) como de Andrew Mellon -éste último controlador y Secretario del Tesoro (1921-32) de tres presidentes (Harding, Coolidge y Hoover)-, se requiere un liderato como el de Franklin Dela-no Roosevelt.

Roosevelt (1933 - 1945) revivió los métodos dirigistas en la economía, característicos del primer secretario de Hacienda de Estados Unidos, Alexander Hamilton. Con el Nuevo Trato (New Deal) (1933-37) y con la movilización económica de la Segunda Guerra Mundial (1939-44) Roosevelt transformó la destruida economía estadounidense en la máquina tecnológica e industrial más poderosa del planeta. Este milagro económico se logró abandonando el Libre Cambio -hoy conocido como globalismo- y adoptando la perspectiva de la legítima Tradición Intelectual de los Padres Fundadores de los Estados Unidos. Benjamín Franklin, George Washington, Alexander Hamilton, Mathew y Henry Carey, Abraham Lincoln, entre otros, fueron militantes combatientes en contra del Libre Cambio y de las prácticas coloniales del imperio británico. El abandono de la producción y el fomento de la especulación financiera, que se impulsó a mediados de la década del 60 y se institucionalizó a partir de 1971, cuando Nixón eliminó el sistema de tasas de cambio fijas y estableció el sistema de tasas de cambio flotantes, ha generarado la más grande depresión económica. Esa gran burbuja especulativa que se incubó en 30 y pico de años está reventando ahora como la crisis sistémica y global que afecta a todas las naciones del mundo.

El verdadero rol del liderato

Naciones poderosas como los Estados Unidos, han surgido porque en momentos de grave crisis ha emergido el liderato de personajes como Washington, Lincoln y Franklin Delano Roosevelt, cuya orientación marcó un nuevo rumbo. Nuestro país requiere también de líderes, con un profundo conocimiento de la historia mundial, capaces de tomar distancia de las recetas fallidas que han hundido a las naciones.

En momentos críticos de la historia de los Estados Unidos, los gobiernos de Washington (con Alexander Hamilton, primer secretario del Tesoro, a la cabeza), Abraham Lincoln (con Henry Carey como su principal asesor), y Franklin Delano Roosevel (1933-45), fueron capaces de establecer instrumentos para la creación y canalización de crédito para fomentar la industria, la agricultura y la construcción de modernas obras de infraestructura. Hamilton creo el Primer Banco Nacional de los E.U., al cual se le debe la iniciación del proceso de industrialización de la unión estadounidense. Explícitamente, evocando a Hamilton, el Presidente Franklin Delano Roosevelt (FDR) se inspiró para llevar a cabo tanto el Nuevo Trato como la movilización económica de la Segunda Guerra Mundial.

Si el Presidente Uribe quiere encarnar una política que defienda el bienestar general de las actuales y futuras generaciones de colombianos, tendrá que abandonar las políticas recesivas del FMI y copiar las políticas exitosas de Franklin Delano Roosevelt, quien impulsó grandes programas de infraestructura y obras públicas en general. Así se podrían generar millones de empleos, de manera in-mediata.

La agenda para la reconstrucción de Colombia

En lugar de más reformas tributarias, laborales, pensionales, de reestructuración de la rama ejecutiva, de congelación del gasto y de reducción de la inversión, como las que ya se han ejecutado antes y recientemente, el gobierno del Presidente Uribe y el Congreso deberían impulsar una Agenda de Reconstrucción Económica, tipo Plan Marshall, que incluya, entre otros, los siguientes aspectos:

1) Establecimiento de una Comisión Nacional de Infraestructura;

2) La creación de un Banco de Fomento Industrial y agrícola;

3) La conversión del Banco de la República en Banco Nacional, para que las políticas monetarias, cambiarias y crediticias, estén subordinadas al interés nacional y no dependan de intereses rentistas financieros foráneos y nacionales representados actualmente por una junta de siete codirectores que son independientes de las tres ramas del poder público y sólo obedecen a las directrices del FMI;

4) La defensa de la producción agropecuaria a través de aranceles y de precios paritarios o de sustentación que garanticen que el precio que cobra el productor agrícola cubra sus costos más un porcentaje de ganancia razonable que le permita mantenerse en el negocio; y

5) La creación de Centros Pilotos de investigación científica en las áreas de frontera de la ciencia y el establecimiento de Centros politécnicos de aplicaciones tecnológicas e industriales, de los avances obtenidos en la investigación básica.

El papel de los Ingenieros Militares

¿Cómo hacer para que el gasto público en defensa, de por sí un gasto improductivo desde el punto de vista económico, tenga un impacto positivo y jalone la maltrecha economía colombiana? A través de la ampliación de los Batallones de Ingenieros Militares, -para que ocupen, en particular las áreas donde el Estado no tiene presencia-, se podría no sólo tomar control del territorio sino iniciar la ejecución de obras de infraestructura vitales para la integración nacional. Mediante la cooperación de entes estatales con la iniciativa privada, y con la participación de los Ingenieros Militares, se podrían generar millones de empleos productivos en obras públicas, como lo hizo Franklin Delano Roosevelt a partir de marzo de 1933, cuando asumió la presidencia de los Estados Unidos en medio de la peor crisis económica. Esta misión económica para las Fuerzas Militares, la de coadyuvar en la construcción de la infraestructura, generaría un incremento enorme de la productividad física de la economía y pagaría con creces lo que se gaste en llevarla a cabo. Adicionalmente serviría para preservar la unidad territorial de Colombia y para garantizar que el Estado legítimo tenga vigencia en todos los rincones del país.

Los logros del Nuevo Trato de FDR

En su discurso de posesión, el 4 de marzo de 1933, el Presidente Franklin Delano Roosevelt definió que su máxima prioridad era "poner la gente a trabajar". Roosevelt movilizó al pueblo estadounidense alrededor de esa misión. En enero de 1933 la tasa oficial de desempleo era del 24,9%, lo que equivalía a 12.830.000 de personas sin ocupación. El 6 de junio de 1933 el Presidente Roosevelt, con su firma, puso en ejecución la Ley para la Recuperación Industrial Nacional (LRIN). La sección II de esta ley -"Obras públicas y proyectos de construcción"- fue un instrumento fundamental para poner en marcha sus medidas para la recuperación económica. Se estableció la Administración de Obras Públicas como una agencia a través de la cual el gobierno federal podía contratar trabajadores desempleados en la construcción de carreteras, ferrocarriles, obras hidráulicas, represas, puentes, canales, hospitales, escuelas, acueductos, etc. A los tres meses de haberse posesionado como Presidente, FDR ya había generado más de 4 millones de empleos directos, de esta manera.

Como lo documenta en detalle, Richard Freeman, FDR construyó más de 45.000 proyectos de infraestructura: puentes, túneles, represas, plantas para tratamiento de aguas de alcantarilla, suministro de agua potable, hospitales, distritos de riego, sistemas de transporte, escuelas, etc. La sección II de la LRIN, autorizó, por un período de dos años, gastar 3.300 millones de dólares en obras públicas, casi el 30% del presupuesto de los Estados Unidos. Esta ha sido la más grande inversión en obras públicas en la historia de los Estados Unidos. Roosevelt construyó 43 proyectos hidroeléctricos y represas importantes, en 22 estados de la Unión. Adicionalmente construyó más de 450 represas pequeñas y medianas.

Entre 1933 y 1939 el Nuevo Trato de FDR fue responsable del 70% de todas las construcciones escolares a nivel nacional; lo que significó alrededor de 60.000 salones de clase con sus respectivas sillas para dos millones y medio de niños. Entre 1933 y 1939 el Nuevo Trato incrementó en 121.760 las camas disponibles en los hospitales a nivel nacional.

El 18 de mayo de 1933 FDR puso en vigencia la ley que creaba la Autoridad del Valle de Tennessee (AVT). En un lapso de 8 años la AVT transformó radicalmente la región del Valle de Tennessee que abarca 7 estados: Kentucky, Virginia, Carolina del Norte, Georgia, Alabama y Mississippi. Este ha sido el proyecto más grande del planeta, que sólo será superado por las grandes obras que actualmente China lleva a cabo. La AVT se convirtió en el modelo mundial de proyectos de desarrollo integrado a gran escala. En 1933 se generaba muy poca electricidad en la región, pero para 1939 el sistema de la AVT producía dos mil millones de kilovatios-hora. Para 1945 generaba casi 12 mil millones de kwh. En la actualidad genera anualmente 166 mil millones de kwh.
En noviembre de 1933 se creó un segundo ente estatal para promover las obras públicas: la Administración de las Obras Civiles. La tercera agencia de obras públicas fue la Civilian Conservation Corps (CCC) que básicamente empleaba a jóvenes. En la década de los 1930 estas obras públicas reconstruyeron la economía estadounidense empleando directamente a un promedio de 3,1 millones de trabajadores por año. Si se incluyen los efectos multiplicadores, en empleo directo e indirecto, se generaron aproximadamente 7,1 millones de empleos anual-mente.

La movilización de la Segunda Guerra Mundial

A partir de 1939, la movilización eco-nómica para la Segunda Guerra Mundial, -el "Arsenal de la Democracia"-, inyectó un crecimiento de tipo exponencial al aparato económico. Se introdujeron nuevas tecnologías basadas en avances científicos en las áreas de frontera de la ciencia. Se crearon nuevas ramas industriales en áreas como la producción de: aviones, aluminio, magnesio, caucho sintético, resinas sintéticas, plásticos y fibras, máquinas herramientas, radares, tubos al va-ció, barcos, penicilina y microscopios electrónicos.

Richard Freeman explica en su trabajo sobre FDR: "Los nazis tenían una fuerza aérea militar conformada aproximadamente por 40.000 aviones, ocho veces mayor que la de los Estados Unidos; los Estados Unidos sólo podían producir 2.000 aviones por año, en tanto que Goering tenía capacidad para fabricar 18.000. En 1940, los nazis tenían 10.500 tanques, 20 divisiones motorizadas, 135.000 camiones y 60.000 motocicletas. Los Estados Unidos tenían 500 tanques. Los nazis tenían un ejército, probado en combate, de 7 millones de personas. Los Estados Unidos tenían 370.000 soldados con dotación de campaña y otros 170.000 en las reservas". Entre enero de 1940 y agosto de 1945, se produjo un "milagro económico", Estados Unidos produjo más de la mitad de la producción total, militar y civil conjunta, de los Aliados, y esto incluía: 300.000 aviones de guerra; 124.000 barcos de diverso tipo; 41 mil millones de cartuchos de munición; 100.000 tanques; 434 millones de toneladas de acero; 36 mil millones de yardas de tejidos de algodón. La movilización económica del Nuevo Trato sirvió de plataforma a la incorporación de nuevas tecnologías y al mejoramiento de los niveles de adiestramiento de la mano de obra de la movilización del "Arsenal de la democracia". Todo esto se hizo con los métodos del Sistema Americano de Economía Política, en oposición directa a los métodos del libre cambio.

El Plan Lilienthal para Colombia

Para ilustrar cómo influyó en todo el mundo la política impulsada por FDR, vale la pena recapitular brevemente, la propuesta de David Lilienthal, quien se desempeñó como director de la Autoridad del Valle de Tennessee, y quien en 1954, fue invitado a Colombia por el general Gustavo Rojas Pinilla, para que elaborase una propuesta concreta al respecto, aplicable a nuestro país. A pesar de que ya había muerto FDR, todavía se respiraba un aire diferente y las políticas, los gobernantes y los funcionarios respondían al paradigma del crecimiento. Incluso el Banco Mundial de esa época, al igual que los consultores y jefes de misiones asesoras internacionales eran diferentes en su perspectiva a los actuales tecnócratas del Banco Mundial, del FMI y de los organismos afines; contemporáneamente estos manifiestan un profundo desprecio por todo lo que signifique bienestar general de la especie humana.

El 7 de agosto de 1954, en su discurso de posesión como jefe de estado, el General Gustavo Rojas Pinilla, al referirse al "Plan Lilienthal" dijo:

 "No quiero concluir este capítulo sobre la tecnificación de nuestra producción agrícola, sin hacer también referencia especial a los proyectos esbozados por el eminente americano señor David Lilienthal, sobre los valles del Cauca y del Sinú. Su idea de aprovechar las técnicas perfeccionadas en el valle del Tennessee para lo que él mismo califica de un plan piloto de desarrollo integral de aquellas ubérrimas comarcas como experimento de gran valía para Colombia y para el continente, cuenta con toda la simpatía del gobierno, que sólo espera un planteamiento más minucioso de sus alcances y posibilidades para entrar a estudiarlo. Para el gobierno y para el país es un honor y fortuna contar con el concurso y la experiencia de quien ha organizado las más importantes empresas de los actuales tiempos como son la administración del mencionado valle y la producción de energía atómica, y su vivo interés por los problemas de desarrollo  de nuestra patria contará con la adecuada cooperación de todos los organismos y entidades nacionales que sean llamados a colaborar en tan prometedora empresa. Con el concurso internacional su realización no parece difícil y estoy seguro de que la obtendremos, no sólo por el interés con que se ha seguido el desarrollo de nuestro país en las organizaciones mundiales que nos han dado su asistencia y su apoyo, sino por lo que dicho proyecto significa para el florecimiento económico de otras regiones similares en América."

En la primera parte de su informe sobre el desarrollo económico de Colombia, dirigido al General Rojas, David E. Lilienthal, después de reconocer el gran potencial del país y percatarse por sí mismo del gran anhelo nacional de emprender por fin la construcción de grandiosas obras públicas, propone que se use la "bonanza cafetera" como una de las palancas para impulsar estos proyectos de infraestructura, a los que califica como "una especie de segunda liberación".

Las obras públicas y la bonanza cafetera

¿A qué aspiraban los habitantes de nuestro país cuando Lilienthal nos visitó en 1954?. Escuchémoslo:

 "Para concretar mi pensamiento me permito señalar algunas de las cosas específicas que, según pude verificar, muchos colombianos piensan que el país necesita y desea: 1) Más alimentos y a precios más baratos. 2) Más energía eléctrica para las fábricas, hogares y fincas. 3) Más y mejores escuelas, hospitales, servicios de sanidad y abastecimiento de agua. 4) Más control del agua para la irrigación de la tierra de labranza. 5) Control de inundaciones, para poder aprovechar una extensión mayor de terrenos agrícolas que ahora se inundan en ciertas épocas, o que son pantanosos. 6) Más pastos e intensificación de la ganadería en las faldas de la montaña, para que a consecuencia de ello haya mayor extensión de tierra disponible para el cultivo intenso en los valles en que ahora sólo se cría ganado. 7) Mejores y más abundantes medios de transporte, ya sea por carretera, o por ferrocarril, fluviales y aéreos; mejores puertos marítimos y aéreos, y terminales ferroviarios".

Lilienthal concluye esta parte diciendo: "El alcanzar tales objetivos es en gran parte función de las obras públicas o de programas públicos. No tengo la menor duda de que están a la mano algunos (aunque no todos) de los elementos fundamentales para ese deseado avance y desarrollo que la lista representa".

Después del diagnóstico, Lilienthal propone aprovechar de inmediato la bonanza cafetera como uno de los instrumentos de financiación, que se complementaría con la creación de una corporación financiera análoga a varios de los entes que creó o modificó  FDR, en particular la Corporación Financiera de la Reconstrucción, además del rol que deberían jugar organismos internacionales como el Banco Mundial. 

Dice Lilienthal: "Los justos y lucrativos precios del café en un volumen satisfactorio de producción, pueden proporcionar abundante afluencia de los dólares necesarios para acelerar la transformación física de Colombia en la próxima década. El café a precios equitativos, puede proporcionar también una afluencia de grandes máquinas procedentes de las fábricas de Estados Unidos y de Europa: las gigantescas cilindradoras, pavimentadoras, etc., para vastas construcciones de carreteras; los compresores y palas eléctricas para la construcción de represas destinadas a controlar los ríos de Colombia y a irrigar sus tierras; las ruedas hidráulicas y las turbinas de vapor, para cuadruplicar los suministros de energía eléctrica; la maquinaría de minería, para explotar las reservas carboníferas; y los dólares necesarios para enviar jóvenes colombianos a que reciban entrenamiento en las escuelas técnicas, hospitales y fábricas de los Estados Unidos, la Gran Bretaña, Francia y otros países."

La segunda liberación

Qué diferencia entre Lilienthal que identifica la industrialización y modernización de Colombia con "una segunda liberación" y los funcionarios y discípulos del FMI que con sus doctrinas condenan a las naciones a producir simples materia primas y productos tropicales. Explica Lilienthal: "El general Bolívar ganó la victoria sobre la opresión colonial, abriendo así las puertas a la independencia política y a la libertad. Puede estar cerca el momento, quizá haya llegado ya, para otra memorable serie de acontecimientos en la vida colombiana, y por medio de la vida colombiana en toda América Latina: una especie de segunda liberación."

 Y elabora en más detalle:

"Las armas de este Libertador no serán ni el cañón ni la espada, ni el precio de esta victoria será pagado con la sangre de colombianos derramada en los campos de batalla. Las armas de la liberación esta vez serán las nuevas carreteras y ferrocarriles, la electrificación, la construcción de represas para la irrigación, para el control de inundaciones y producción de energía, nuevas escuelas y universidades, nuevos hospitales, y mejores métodos de cultivar el café, el azúcar, el ganado y el arroz. Puede decirse que los frutos de la victoria sobre la ignorancia y la enfermedad, sobre las inundaciones, la erosión del suelo y la mezquindad de las cosechas, serían tan gloriosas como las batallas ganadas por Bolívar y los patriotas. Los colombianos que dirijan a sus compatriotas hacia esta liberación del siglo veinte, serán con toda seguridad tan honrados y recordados como lo han sido los que siguieron a Bolívar hace más de 100 años y ofrecieron sus vidas para ganar la independencia de su patria."

Luego Lilienthal establece que esta misión, la de convertir a Colombia en una potencia industrial y agrícola dotada de la más moderna infraestructura -que todavía está por realizarse ocupará las energías de los colombianos en los próximos 25 años y servirá de "centro de unión y cohesión del pueblo colombiano." Oigámoslo directamente: "Un resurgimiento tan grande en el fomento físico de los recursos de una nación, como el que se puede prever realísticamente para Colombia en los próximos 25 años, lleva en sí mucho más que meros beneficios físicos. La formulación misma de un programa de esa naturaleza puede por sí sola servir como centro de unión y cohesión del pueblo colombiano, cualesquiera que sean sus diferencias económicas o políticas. Con tanto trabajo creador y constructivo por hacer, y con tantas mejoras dependientes de él, tal programa puede contribuir a unificar la nación entera, en los aspectos esenciales de ciertas tareas concretas que deben llevarse a cabo."

Inversión pública e iniciativa privada

!Qué ironía! Las exitosas doctrinas y métodos que empleaba Lilienthal (incremento de la inversión pública para crear un ambiente de fomento a los negocios privados), basados en una noción de la economía física, serían rechazados tajantemente en nuestra época porque van directamente en contra de los métodos contables y de administración característicos de las recetas macroeconómicas actuales: recorte de la inversión pública, recorte de los salarios reales y aumento de los impuestos.

No existe ninguna contradicción entre "los negocios particulares y el fomento público" afirma Lilienthal: "A pesar de las obvias dificultades y desventajas, se puede, con razón, anticipar un período de acelerado desarrollo en Colombia. Se puede presumir que será en la iniciativa privada y con el capital y energías humanas de las empresas particulares como se realizará la mayor parte de esa expansión y crecimiento: agricultura en pequeña escala, grandes plantaciones de caña de azúcar, almacenes grandes o pequeños, edificaciones, fábricas, etc."

"Parte sustancial de ese desarrollo, sin embargo, debe ser necesariamente en forma de gastos públicos o gubernamentales. Me refiero, desde luego, a obras tales como carreteras, electrificación, represas, mejoramiento de la navegación fluvial y del control de inundaciones, ferrocarriles, mejoramiento de las facilidades portuarias, aeropuertos, facilidades sanitarias y de salud pública y experimentación agrícola y forestal. Algunas de estas obras, por ejemplo, las de electricidad y los ferrocarriles, no son necesariamente gubernamentales, pero en Colombia sí lo son predominantemente, y es probable que continúen siéndolo."

"Hay dos aspectos en la mayor parte de las obras que se construyen con tales gastos públicos de fomento sobre cuya extraordinaria importancia no puede haber exageración:

"1) Ellas constituyen los cimientos sobre los cuales se basan los negocios particulares. Para ilustrar esto puedo citar el múltiple aumento de la actividad en los negocios particulares en el Valle del Tennessee, en la década que siguió al fomento público en esa región. Este es el ejemplo más notable que conozco personalmente. Colombia ofrece un ejemplo semejante: el ímpetu vigoroso a la actividad privada resultante de la construcción del nuevo sistema de carreteras troncales."

"2) El otro aspecto es el de que tales obras son a largo plazo y esencialmente permanentes, bien o mal duran allí largo tiempo. Una política gubernamental referente a impuestos, control de importaciones, por ejemplo, puede ser cambiada de un día para otro, si no funciona bien. Pero faltas o errores de cálculo, o falta de visión en el sistema de represas para el aprovechamiento de un río, por ejemplo, los tiene que soportar un país por muchas décadas."

"La historia de los Estados Unidos contiene un número de casos de obras públicas mal concebidas que se tradujeron en despilfarros, miseria humana y destrucción. Por ejemplo, centenares de millones de dólares y miles de vidas han sido perdidas por la construcción defectuosa de diques para control de inundaciones en el bajo Mississippi, cuando una ingeniería adecuada habría provisto el control de los tributarios por medio de represas de depósitos. Algunas de las consecuencias de tal error en las obras públicas de hace muchos años continúan siendo un flagelo de los Estados Unidos hoy."

Y para que no quedara duda de que este método económico de FDR era lo que Estados Unidos exportaba al resto del mundo, todavía en esa época, Lilienthal enfatiza: "La Autoridad del Valle de Tennessee se ocupó principalmente de esta categoría de obras públicas permanentes o de programas de actividades públicas. La propuesta que formulo en la parte II se encamina a crear en Colombia una demostración concreta de algunas de las técnicas administrativas perfeccionadas por la Autoridad del Valle de Tennessee y que están siendo actualmente copiadas o adaptadas en otras partes de los Estados Unidos y del mundo."

La Autoridad del Valle del río Cauca

En la segunda parte de su informe, Lilienthal hace su propuesta específica de crear un proyecto piloto en el Valle del río Cauca, que sirva como modelo para Colombia y para el resto de América Latina. También señala al valle del Sinú como otra región apropiada para llevar a cabo este tipo de proyectos tipo AVT.

Explica Lilienthal: "Después de cuidadoso estudio y reflexión sobre las oportunidades que existen en Colombia para un progreso rápido y sólido hacia los objetivos de un mejoramiento de los niveles de vida del pueblo, y después de pesar los obstáculos prácticos y técnicos y las ventajas de los varios posibles derroteros, he llegado a la siguiente conclusión que me permito someter a la consideración de Vuestra Excelencia."

"Desde el punto de vista práctico y técnico en la etapa actual, me parece que el mejor prospecto para adelantar rápidamente el bienestar de la totalidad del pueblo colombiano en agricultura, industria, fomento regional y educación, lo ofrece la creación de una entidad o agencia de fomento regional que sirva para demostrar lo que es el fomento coordinado, eficiente y moderno de los recursos naturales, tierra, bosques y minerales, y del progreso industrial y educativo."

"Sobre la base de mi experiencia en estas materias, no dudo en recomendar que la primera de tales entidades o agencias regionales sea para el Valle del Cauca. Es en tal Valle donde los prospectos parecen ser mejores para demostrar rápida y económicamente ciertos métodos y principios básicos de administración, ingeniería y agricultura, y para alcanzar resultados concretos para el país....Aunque recomiendo enfáticamente comenzar en el Valle del Cauca, sugiero que se establezcan otras autoridades o entidades regionales con funciones y objetivos comparables en otras regiones, dondequiera que exista la necesaria iniciativa regional y local y el requisito de capital, local, personal técnico y otros recursos."

La Corporación Financiera de la Reconstrucción

Al considerar los elementos fundamentales para una empresa de esta magnitud, Lilienthal señala tres aspectos: 
"1) La iniciativa en la región; 2) La cooperación del gobierno regional; y 3) La cooperación y apropiada participación financiera del Banco Mundial y de otras agencias financieras."

En lo que respecta a las acciones que debe emprender el gobierno, Lilienthal propone específicamente crear una agencia estatal sui generis, moldeada en una mezcla de las facultades jurídicas que se le confirieron tanto a la Autoridad del Valle de Tennessee como a la célebre Corporación Financiera de la Reconstrucción, entes que le permitieron a Roosevelt canalizar grandes volúmenes de crédito para financiar las obras de infraestructura del Nuevo Trato: "Sería necesario que el gobierno nacional autorizara la creación de una entidad regional de fomento, por medio de un estatuto especial. Esta entidad sería análoga, en cuanto a su estatuto jurídico, a aquellas organizaciones públicas de los Estados Unidos tales como la Autoridad del puerto de Nueva York, la Autoridad del Valle de Tennessee (AVT), o la Autoridad del puerto de Londres en Inglaterra. Al proponer la creación de la AVT, el presidente Franklin Delano Roosevelt pidió al Congreso crear una entidad autónoma pero fiscalizada, que describió como ´una corporación revestida de poder gubernamental, pero que poseyera al mismo tiempo la flexibilidad e iniciativa de una empresa particular´."

"Este estatuto determinaría las facultades, poderes y deberes de la agencia regional; la autorizaría para obtener fondos en los mercados de capital o en el Banco Mundial; para emitir bonos respaldados con las rentas de la empresa o bonos de cualquier otra clase destinados a la venta en los mercados locales de capital, para costos monetarios locales; para utilizar en todo o en parte sus propios ingresos provenientes de la venta de servicios, tales como agua para irrigación, tierras desecadas, energía eléctrica, etc., o para usar ciertos ingresos fiscales departamentales; para emplear personal técnico y administrativo; para ejecutar y administrar las obras bajo la dirección de una junta directiva de ciudadanos del Valle del Cauca, etc."

"Este programa se traducirá no sólo en la necesidad de expansión de los servicios públicos, sino también en la necesidad y oportunidad para la expansión de los negocios particulares: la agricultura en pequeña y grande escala; la industria grande y pequeña; la explotación de carbón y de otros minerales; la industria de alimentos, de petróleo, etc. A consecuencia de ello habrá también, en mi opinión, necesidad de un tipo de corporación de fomento económico con un estatuto especial."

"Tal entidad de fomento serviría para proveer a las necesidades de capital privado a mediano y largo plazo, y, como parte inseparable de su papel, para complementar los servicios técnicos y administrativos disponibles y necesarios para la expansión que se prevé en la actividad de los negocios. Puede presumirse que los fondos para tal corporación de fomento serían aportados parcialmente por capital colombiano (tanto bancos como inversionistas particulares), por fuentes de capital privado fuera de Colombia, y también, según se requieran, por préstamos del Banco Mundial o de otras agencias financieras públicas. Tengo sugerencias concretas para ofrecer dentro de esos lineamientos, pero es tema que, aunque vital para los objetivos de un nivel de vida más alto para Colombia, puede ser aplazado para ser discutido en una etapa posterior."

En lo referente a la aprobación y cooperación del Banco Mundial, Lilienthal describe un "Banco Mundial" que no corresponde al que ahora conocemos: "Es claro que el Banco Mundial sería receptivo a la propuesta que estoy exponiendo, estaría preparado para ayudar a alcanzar los objetivos de la misma, y estaría listo también para proporcionar ayuda al comité de ciudadanos del Valle del Cauca y al gobierno de Colombia en la solución de los problemas prácticos de la iniciación de la empresa."

Y hablando de la forma en que se puede comenzar el proyecto, Lilienthal afirma: "Si tal idea recibe la aprobación general del gobierno central y de los ciudadanos dirigentes interesados del Valle, podría elaborarse un programa para una serie de medidas concretas conducentes a obtener un estatuto especial, métodos de financiación, discusiones con el Banco Mundial y creación de un núcleo de empleados de tiempo completo, etc."

Es evidente que este grandioso proyecto de Lilienthal fue saboteado y no se llevó a cabo, porque los intereses financieros de Wall Street y la City de Londres concibieron que era mejor convertir a Colombia en una gran plantación de marihuana, coca y amapola, en lugar de una potencia industrial y agrícola moderna. Pero ahora, con mucha más urgencia que hace casi cincuenta años sigue teniendo plena vigencia el plan de Lilienthal para industrializar a Colombia. Habría que complementarlo con mi propuesta de corredores ferroviarios que sirvan como ejes de corredores de desarrollo que atraviesen a Colombia de norte a sur y de oriente a Occidente, por varios tramos, desde la perspectiva de integrar a Colombia al Puente Terrestre Euroasiático; este último se convertirá de facto en un Puente Terrestre Mundial.

Epílogo

Para poner al mundo de nuevo en un proceso de reconstrucción económica legítima hay que retomar lo esencial de las enseñanzas de Franklin Delano Roosevelt,  lo que significa volver al concepto de crédito productivo de Alexander Hamilton. Con estas ideas es necesario continuar nutriendo una corriente de pensamiento que desemboque en una gran fuerza política capaz de cambiar el rumbo del mundo, y de nuestro país en particular, para orientarlo por el sendero del crecimiento y de la paz. Es hora de abandonar las políticas y métodos del Fondo Monetario Internacional y de emprender las tareas de la reconstrucción económica.

Bogotá, 21 de marzo de 2003.



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