miércoles, 15 de junio de 2016

Crear es volar

Por: Maximiliano Londoño Penilla
Coordinador Pedagógico Asociación Cultural Vuelo.


El Plan Distrital de Lectura y Escritura del alcalde de Boogotá, Enrique Peñalosa invertirá 150.000 millones de pesos en el cuatrenio para promocionar la lectura y escritura desde la primera infancia, modernizar la red de bibliotecas públicas y escolares y fomentar la investigación, evaluación y diálogo de saberes con respecto a la cultura escrita.


Es natural que un artista se oponga a someterse a seguir un patrón pre establecido e  inmodificable como columna vertebral de su creación.  Se supone que el artista, lo es en tanto, puede libremente romper con el orden existente para crear o sugerir uno nuevo. Es decir, implícitamente se admite que lo natural en el arte es romper las estructuras  axiomático-deductivas de todo sistema formal. En otras palabras, el arte cuestiona la posibilidad de erigir un sistema completo, congruente y auto consistente cuyos axiomas, teoremas y deducciones para realizar demostraciones, pudieran convertirse en el sistema “perfecto” e inalterable de razonamiento y acción humanos. El artista considera que no existe una serie de reglas o pautas que puedan ser establecidas como la panacea con la cual se puedan regir de manera perfecta, en el sentido de acabada o no susceptible de mejora, los asuntos de la sociedad. Así, que el artista, en el más legítimo de los sentidos, es un profeta, es un adalid de su época, es un inventor de ficciones que anima a los demás a descubrir y desarrollar sus propios talentos y posibilidades.




















El arte, a través de la vía sensible, impacta el alma y la mente.  Y de esta manera contribuye positivamente a lograr la felicidad y la sobrevivencia exitosa de la especie humana. Si se pierde la chispa creadora y todo se vuelve rutina, procedimiento, formato, apego a lo establecido, entonces irremediablemente la humanidad perece. La ciencia y el arte comparten este método prometeico de la búsqueda y exploración de la viabilidad de otros mundos o imaginarios posibles. Haciendo eco de Percy Shelley y Federico Schiller, el artista y el científico, desarrollan ideas o hipótesis, profundas y apasionadas, sobre las relaciones de los seres humanos, consigo mismos, con su entorno,  con el universo en su conjunto, con el infinito y con lo transcendente y eterno que subsume a lo efímero y cambiante.

Con la incursión del arte en las aulas de clase, a través del  programa conocido como 40 horas, CLAN IDARTES o Jornada Completa, fruto de un  convenio entre la Secretaría de Educación Distrital y la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, se han proporcionado talleres de formación artística a niños de los colegios públicos de Bogotá. En contra jornada  o en la jornada única, los niños beneficiarios del programa reciben talleres de teatro, música, artes plásticas, audiovisuales, danza y literatura, que se realizan tanto en instalaciones de los colegios como en lugares especialmente habilitados y dotados de materiales y equipos conocidos como los CLAN.  En la actualidad hay 20 CLAN en 10 localidades de la capital. Alrededor de 50.000 niños de colegios distritales participan en este proyecto CLAN IDARTES de la Alcaldía de Bogotá. En los  propósitos tanto de mejorar la calidad de la educación pública en Bogotá como de construir comunidad (3º pilar del nuevo plan Distrital de Desarrollo)  formulados por el Alcalde Enrique Peñalosa, el programa CLAN IDARTES podrá jugar un rol protagónico, porque de hecho, este programa es un proyecto piloto para promover el desarrollo de la facultad creadora y para sembrar la convivencia pacífica en nuestros ciudadanos, empezando por los niños y su entorno escolar y familiar.


En la tripleta arte, educación y paz, característica del proyecto CLAN IDARTES, encontramos un ejemplo concreto de una anomalía, singularidad o nuevo paradigma, que rompe la lógica formal del comportamiento tradicional de disciplina férrea y sumisión del estudiante, casi de milicia, que ha predominado en las aulas de clases. Analicemos brevemente la relación arte- educación. Imaginemos una escena  cotidiana en los colegios públicos o en un CLAN. En el 2013, un maestro típico de la escuela tradicional observa asombrado como el profe de teatro, está tirado en el suelo, al igual que los estudiantes, haciendo “piruetas” extrañas (juegos teatrales).  Antes de la iniciación del programa CLAN IDARTES, la reacción usual del docente era: “Que horror, esto es un caos, una indisciplina terrible, este profe de artes, no sólo no tiene manejo de grupo, sino que además el mismo promueve el desorden”.

En la actualidad, muy probablemente ese mismo docente, después de más de tres años desde que se iniciara el programa CLAN IDARTES comentará: “Estos chinos aunque siguen siendo hiperactivos, ahora se auto controlan más, pero la verdad es que son más pilos”.  Y esto no ha pasado desapercibido, para diversos entes, como la UNESCO, que ha reconocido que el programa de formación artística de los niños de los colegios públicos de Bogotá ha contribuido notablemente a mejorar la calidad de la educación pública de la ciudad.

Al incorporarse el arte al aula de clase no se ha destruido nada de lo positivo que pudiera tener la educación  tradicional, más enfocada en  los contenidos cognitivos, que en los procesos sico emocionales, creativos y de convivencia pacífica con la diversidad, normalmente más identificables en los procesos artísticos. Lo que se empieza a reconocer, con los talleres artísticos, es que las ideas y las emociones no están separadas sino que forman una unidad indisoluble en un ser humano que se desenvuelve en un ambiente favorable al desarrollo de su potencial creador. Por eso son más pilos ahora los niños que son beneficiarios del programa de formación artística, porque han descubierto que la pasión no debe estar en contra de la razón, sino en congruencia.  La estética (la belleza) libera a la razón encadenada y adormilada por la rutina y la disciplina férrea impuesta exteriormente de arriba hacia abajo. Con el arte,  de repente la imaginación del niño puede volar libremente en un universo hiperdimensional  y atravesar agujeros de gusano alterando la métrica del tiempo. Este es el proceso de tejido social y formación ciudadana que requieren nuestros niños, para descubrir como forjar una paz que sea duradera, después del posacuerdo.


 La formación artística es terapéutica, sanadora del alma y las emociones, per se, porque al activar la chispa creadora se refuerza la auto estima y por substracción de materia se disuelve la neurosis e incluso la sicosis. El arte refuerza la personalidad endodirigida, es decir, aquella en donde la autoridad proviene de adentro hacia afuera, no externamente impuesta. Los problemas que tenemos a nivel mundial y local provienen en lo fundamental  del predominio de la personalidad exodirigida en la mayoría de los seres humanos, o sea, del sometimiento a la dictadura de la opinión y costumbres establecidas. Con el arte podemos tomar distancia del modo indicativo (el presente, pasado y futuro simples) e incursionar en el modo subjuntivo, es decir, en el universo de las hipótesis, los anhelos, los ensueños, las conjeturas, las metáforas, etc. Con el arte aprendemos a volar, a inventar lo que no existe todavía, a construir formas y estructuras fantásticas, y a traer al presente, al aquí y al ahora, todos esos imaginarios para construir una nueva realidad. Por eso crear es volar. O de manera concreta,  danzar, cantar, actuar, pintar, etc., es volar.


En síntesis, el programa CLAN IDARTES, que opera en convenio con las organizaciones artísticas  y culturales de Bogotá, no le dice a los niños lo que deben aprenderse  y recitar de memoria, ni les enseña a ser borregos, sino que les ayuda a que puedan hacer crecer sus alas, para que puedan volar por sí mismos.

Bogotá, 16 de junio de 2016



sábado, 4 de junio de 2016

Talleres de formación artística
de los niños bogotanos: semilleros de paz  

Por: Maximiliano Londoño Penilla
Coordinador Pedagógico de la Asociación Cultural Vuelo
"Si logramos que nuestros niños sean felices lo demás lo podemos solucionar, queremos niños que sean amados en la casa, que se sientan seguros en el colegio, que no haya matoneo, que se respeten las diferencias, unos niños que puedan desarrollar sus habilidades", dijo el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, en el Consejo Distrital de infancia. Foto de la Alcaldía. 







Los talleres entendidos como espacios de crecimiento garantizan a los niñas y a los niños la posibilidad de hacer cosas y, al mismo tiempo, incitan a la reflexión sobre qué están haciendo. El taller es un lugar especializado y en él se desarrollan actividades meditadas. En el taller es posible curiosear, probar y volver a probar, concentrarse, explorar, buscar soluciones, actuar con calma, sin la obsesión de obtener un resultado a toda costa. Puede también ser una diversión y un juego. Es hacer por el placer de hacer. El taller ayuda a los niños a crecer dejándoles tiempo para crecer.

Battista Quinto Borghi,  "Los talleres en educación infantil. Espacios de crecimiento"
                                               


Este documento forma parte del proyecto de investigación que la  Asociación Cultural Vuelo (antigua Asociación Lyndon LaRouche)  realiza sobre los procesos asociados a los talleres de formación artística que sus artistas formadores llevan a cabo con  52 grupos de niños de los colegios: Ricaurte (20 grupos, discriminados así: 8 de artes plásticas, 4 de danza, 2 de teatro, 4 de literatura y 2 de música), José Martí  (9 grupos, discriminados así: 1 de artes plásticas, 4 de danza y 4 de teatro), Tomás Carrasquilla (3 grupos, discriminados así: 2 de literatura y 1 de música) y Carlos Arango Vélez (11 grupos de música).

El propósito de este escrito es hacer un reflexión sobre el concepto de taller artístico que ha ido emergiendo y enriqueciéndose  en la realización misma de esos talleres. Con la ejecución creciente de estos talleres en las instalaciones de los colegios, en lugar de en los CLAN IDARTES, sitios, estos últimos,  acondicionados y con disponibilidad de materiales y equipos apropiados para los talleres, de hecho, los talleres han tenido que llevarse a cabo en las aulas de clase tradicionales, con las limitaciones inherentes a esas instalaciones. Esto ha desafiado la inventiva de las organizaciones artísticas y de los artistas formadores, quienes en condiciones no óptimas han cumplido con la misión de  formación artística de los niños de los colegios distritales. Así, se ha revelado que aunque lo adecuado es disponer de espacios amplios y bien dotados de los materiales y equipos requeridos, el concepto de taller implica también  la transformación del espacio – tiempo convencional  en un espacio- tiempo artístico de creación, aún en condiciones precarias.

Algunos colegios como el colegio Eduardo Santos, que tenían un espacio limitado pero disponible, decidieron construir unas aulas nuevas dispuestas para la realización de los talleres artísticos. Aunque estas no son suficientes para albergar a los estudiantes en la jornada ampliada en la que se realizan los talleres, si evidencian la voluntad política de los rectores, que buscan ampliar la planta física de los colegios para adecuarla a las crecientes necesidades de una jornada completa educativa (8 horas).


















Colegio Ricaurte. Taller de construcción de instrumentos musicales con materiales reciclables. Asociación Cultural Vuelo, Programa CLAN IDARTES, 2015.

Algo semejante ha hecho el colegio Ricaurte, el cual logró que el Distrito alquilara un local amplio que colinda con las instalaciones del colegio. Con solo romper una pared y colocar una puerta,  el colegio ahora dispone de varias áreas  que se han asignado tanto a las actividades artísticas como a las deportivas.

Al respecto, la Secretaría de Educación Distrital debería llevar a cabo un inventario que deje en claro qué colegios públicos disponen de espacios en los cuales se pudieran construir nuevas instalaciones diseñadas para la realización de los talleres de formación artística y de prácticas de recreación y deporte. Esas “aulas” deberán ser amplias y dotadas de los materiales y equipos requeridos para la ejecución de los talleres de formación artística. Así mismo, los nuevos colegios que se construyan deberán estar diseñados para poder realizar la jornada completa, incluidos los espacios para las actividades artísticas y deportivas. Este inventario de espacios disponibles en los colegios debería formar parte de un inventario más amplio en el que se incluyan todas las instalaciones, auditorios, bibliotecas, salones comunitarios, etc., que eventualmente puedan ser usados para la realización de talleres artísticos y eventos de circulación y socialización artística.
















Semillero artístico de la Asociación Cultural Vuelo. Presentación de la obra La isla del tesoro, en el Teatro Acto Latino, junio de 2013.

El costo del transporte de los niños a los sitios donde están ubicados los CLAN y la “evasión” de niños,  que por diversas razones  finalmente no llegan  al CLAN,  razones entre las que se incluyen la falta de cooperación de algunos padres de familia que todavía no conocen las bondades del programa de formación artística de los niños, implica la resignificación de los CLAN, de un lado, y el aprovechamiento de las ventajas que significa estar en el colegio mismo dictando los talleres, en términos de las posibilidades de construcción de tejido social con los diversos  estamentos de la comunidad adscrita al colegio: estudiantes, docentes de planta, directivas del colegio y padres de familia.

Una de las modificaciones que debería llevarse a cabo en los Convenios de Asociación que tienen las organizaciones artísticas con IDARTES, para la realización de estos talleres de formación artística de los niños, es que se establezca, explícita y formalmente, que los talleres de formación artística podrán dictarse no solamente a los niños –los cuales deben seguir siendo el foco central-, sino también a los docentes de los colegios y a los padres de familia, para sensibilizarlos sobre la importancia de esta actividad. Y por qué no también  a otros miembros de la comunidad barrial?

Los CLAN deberían seguir acogiendo a los niños cuyos colegios no dispongan de áreas disponibles para llevar a cabo los talleres artísticos, pero paralelamente los CLAN, deberían convertirse en lugares de libre acceso para la formación artística de los ciudadanos, sin discriminación de edad, sexo o condición física. Con convenios interinstitucionales como el que actualmente tiene las Secretaría de Educación Distrital con la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, a través del cual se financia el programa CLAN-IDARTES, convenios que incluyeran a otros entes como la Secretaría de Seguridad y la Secretaría de Integración Social, los CLAN IDARTES, podrían convertirse en el mejor pivote de los tres pilares del nuevo Plan  Distrital de Desarrollo de la administración que preside Enrique Peñalosa: 1) Igualdad en calidad de vida, 2) Democracia urbana, y 3) Construcción de comunidad. 
















Colegio Ricaurte, artes plásticas, artista formador Manuel Malaver, Clan IDARTES la Pepita, Asociación Cultural Vuelo 2016.

La labor realizada por las organizaciones culturales y artísticas de Bogotá en convenio con el proyecto CLAN IDARTES, para llevar a cabo el programa de formación artística de los niños de los colegios distritales, se ha convertido en el más avanzado proyecto piloto de  construcción de tejido social,  una escuela de convivencia ciudadana con aceptación y comprensión de las diferencias, vital para el proceso de afianzamiento de una paz duradera en el posconflicto.  De hecho, una de las  más importantes  contribuciones  de Bogotá al proceso de paz sería a través del arte. No es casual que Bogotá sea conocida como capital artística,  tanto nacional como internacionalmente.  El alcalde Peñalosa puede alterar positivamente la dinámica de nuestro país si le asigna a Idartes y a las organizaciones artísticas y culturales de la ciudad la responsabilidad  de darle impulso, en particular,  al 3º pilar del plan de desarrollo (Construcción de comunidad).  La realización de este objetivo implica, en realidad, promover  la formación ciudadana para la convivencia pacífica en el posconflicto.














Colegio Alfonso López Pumarejo, danza, Clan IDARTES Las Delicias, artista formador Joel Aquino, Asociación Cultural Vuelo 2016.

La comprensión de esta dinámica del arte vivo en la educación,  la cultura, la ciencia, la economía y  la política abre nuevas dimensiones al  proceso de forjar una Colombia que ofrezca mejores oportunidades para todos y cada uno de los ciudadanos de nuestro país, de tal manera que éstos  puedan desarrollar su potencial creativo y sus conocimientos como fundamento sólido del desarrollo, industrial, agrícola, científico, tecnológico, artístico y cultural de la nación.

Bogotá,  2 de junio de 2016
maxlondono53@gmail.com
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