Trump y el regreso del estado nacional soberano
Por: Maximiliano Londoño Penilla
Foro de Proyectos Estratégicos
“Dos sistemas están ante el mundo;... uno busca aumentar la necesidad del comercio, el otro aumentar el poder para mantenerlo. Uno busca retrasar los hindúes y hundir al resto del mundo a su nivel; el otro, la elevación del nivel del hombre en todo el mundo a nuestro nivel. Uno busca el empobrecimiento, la ignorancia, la despoblación y la barbarie; el otro aumentar la riqueza, la comodidad, la inteligencia, la combinación de acción y la civilización. Uno busca la guerra universal; el otro la paz universal. Uno es el sistema inglés; el otro, bien podríamos enorgullecernos de llamar Sistema Americano, porque es el único concebido para elevar al mismo tiempo que iguala la condición del hombre en todo el mundo.” Henry Carey, “La armonía de intereses”.
Los anuncios y
acciones del Presidente Donald Trump, desde su posesión, el 20 de enero, han
transformado positivamente la situación estratégica del planeta. Con Obama
estábamos tanto en cuenta regresiva hacia una tercera guerra mundial como en
los estertores del estallido de una fase terminal del actual sistema monetario
y financiero mundial. Estos peligros no han desaparecido pero las políticas
establecidas por Trump en los Estados Unidos y sus implicaciones
internacionales abren la posibilidad de una cooperación entre las naciones del
mundo para establecer una paz duradera fundamentada en el desarrollo económico,
científico y tecnológico. Wall Street y la City de Londres han desatado una
cacería de brujas y una campaña de desinformación de tal magnitud que muchas
personas en realidad no conocen o temen expresar su simpatía por las acciones
firmes de Trump en contra de la usura, el libre cambio, la
desindustrialización, el globalismo y la
geopolítica.
Quien honestamente quiera conocer la revolución a favor del
empleo y la producción que Trump ha puesto en marcha, de hecho a nivel
planetario, debería estudiar
juiciosamente los siguientes discursos (y las correspondientes acciones
emprendidas por la Casa Blanca):
1) El Discurso de
posesión del 20 de enero, donde establece claramente que las naciones o estados
nacionales soberanos, empezando con Estados Unidos, volverán a tener vigencia.
America First, de acuerdo a lo que Trump ha ido elaborando significa que todos
y cada una de las naciones deben producir domésticamente sus productos para
generar empleo productivo, estable y bien remunerado, en sus territorios. Las
implicaciones de esta política de la Casa Blanca son claras: toda nación
soberana, con Estados Unidos a la cabeza, debe fomentar y defender sus sectores
industrial, agrícola, de infraestructura y de ciencia y tecnología. Así, Trump anunció el sepelio de los tratados de
libre comercio NAFTA (North America Free Trade Agreement o Tratado de Libre
Comercio de América del Norte) y TPP
(Tran-Pacific Partnership o Acuerdo Trans Pacífico de libre comercio).
2) En el discurso ante el Congreso (Cámara de Representantes
y Senado) el 27 de febrero, Trump ubico su política en una perspectiva histórica tanto al evocar
la visión proteccionista de Abraham Lincoln
como al establecer los retos que implican la celebración, en nueve
años, de los 250 años de la fundación de
Estados Unidos. Trump hizo la salvedad de que: “creo en el libre comercio, pero
también en el comercio justo”. Trump explicó que “La infraestructura que se
desmorona será reemplazada por nuevas carreteras, puentes, túneles, aeropuertos
y ferrocarriles”. También anunció Trump
que: “Estados Unidos está dispuesto a encontrar nuevos amigos y forjar nueva
alianzas, donde los intereses compartidos se alineen. Queremos armonía y
estabilidad, no guerra y conflicto”.
3) En dos discursos consecutivos, el primero pronunciado en
una reunión de activistas republicanos en Louisville, Kentucky, el 20 de marzo
y el segundo, el 21 de marzo, en una cena organizada por el comité nacional
republicano del Congreso, Trump explicó que su visión proteccionista se
fundamenta en las políticas del “Sistema Americano” de Abraham Lincoln y Henry
Clay. Trump dijo: "Y este es el sistema que nuestros Padres Fundadores
querían. Nuestros mejores líderes estadounidenses - incluyendo George Washington, Hamilton,
Jackson, Lincoln - todos estuvieron de acuerdo en que para que Estados Unidos
fuera una nación fuerte, también debía
ser una gran nación manufacturera”. Sobre Lincoln Trump explicó: “Nuestro
primer presidente republicano, Abraham Lincoln, dirigió su primera campaña para
un cargo público en 1832 - cuando
tenía solamente 23 años. Comenzó por
imaginar los beneficios que un ferrocarril podría traer a su puerto [parte] de
Illinois - sin haber visto nunca un tren de vapor. No tenía ni idea, y sin
embargo sabía lo que podría ser. Treinta años más tarde, como Presidente,
Lincoln firmó la ley que construyó el primer Ferrocarril Transcontinental,
uniendo nuestro país de océano a océano…”.
Efectivamente, los Estados Unidos se desarrollaron como
nación independiente gracias a la políticas de Alexander Hamilton (primer
secretario de hacienda, durante el gobierno de George Washington), quien creó
el Primer Banco Nacional, que estableció el modelo de crédito productivo para
financiar a: 1) la industrialización de
la nación, 2) La mecanización de la agricultura y 3) El desarrollo de las
grandes obras de infraestructura, para conectar físicamente a las diversas
regiones geográficas. (Sobre el Sistema Americano de Economía se puede encontrar
amplia documentación en www.larouchepac.com).
4) En el discurso del 21 de marzo, en compañía de
astronautas, pronunciado en la oficina Oval de la Casa Blanca y en el discurso semanal del 25 de marzo, Trump hizo
anuncios transcendentales sobre la ampliación de la misión estratégica de la
NASA y la asignación presupuestal de 19.500 millones de dólares para esta agencia. Al firmar la ley de
autorización S.442 para la NASA, Trump afirmó que esta ley: “Continúa el apoyo
para el programa de tripulación comercial, que llevará a los astronautas
estadounidenses al espacio una vez más. Apoya
la exploración del espacio profundo por parte de la NASA, incluyendo el sistema
de lanzamiento al espacio y la nave espacial ORION. Avanza la ciencia espacial al mantener un
conjunto equilibrado de misiones y actividades para explorar nuestro sistema
solar y el universo entero. Y asegura que a través de los astronautas de la
NASA y la investigación aeronáutica, Estados Unidos seguirá siendo un líder total
en la aviación”. De nuevo, prácticamente
desde la Presidencia de J. F. Kennedy, los Estados Unidos vuelven a tener una
perspectiva estratégica de gran alcance para la NASA.
En su discurso semanal del 25 de marzo, el Presidente Trump,
contó que el astrónomo Robert Williams en 1995 quería emplear el telescopio
Hubble para explorar lo desconocido, una región distante del universo de la
cual solo se percibía la oscuridad y el vacío. Y el mundo quedó sorprendido en
unos pocos días cuando aparecieron manchas de luz que resultaron ser miles y
millones de nuevas galaxias de las cuales no se tenía el más mínimo
conocimiento. “….Lo mucho que desconocemos acerca del espacio, francamente
cuanto desconocemos de la vida”. Para
dar impuso a esta continúa búsqueda de
ampliar la gama de nuestros conocimientos Trump explicó que:
“Con la ley de autorización de la NASA esta semana
continuamos el progreso con el sucesor
del Hubble, el telescopio espacial James Webb. Es fabuloso. El telescopio Webb
está listo para lanzarse el próximo año. Mirará a través del tiempo y el
espacio hacia las primeras estrellas y las primeras galaxias del universo. Sólo
podemos imaginarnos las visiones increíbles que nos dará”. Y agregó:
“En el lapso de una vida, nuestra Nación pasó de imágenes en
blanco y negro de los primeros aviones a bellas imágenes de las galaxias más
antiguas, capturadas por una cámara en el espacio exterior. Estoy seguro de que
si los estadounidenses pueden lograr estas cosas, no hay ningún problema que no
podamos resolver. No hay desafío que no podamos cumplir. No hay objetivo que sea demasiado alto. Sea lo que
sea necesario y por mucho tiempo que nos tome, somos una Nación que resuelve
problemas y el futuro nos pertenece”.
(El discurso completo en español puede verse en el sitio web: www.youtube.com/watch?v=IsPg9M789Ac&feature=youtu.be).
El restablecimiento de
la Glass Steagall
Hasta el momento Trump ha desafiado uno de los axiomas
fundamentales del orden internacional angloamericano de las últimas décadas, el
axioma del libre cambio, considerado sacrosanto por los intereses usureros
globalistas. Al plantear un regreso al Sistema Americano original de
Washington, Hamilton, Lincoln, Franklin Delano Roosevelt y John F. Kennedy,
Trump ha puesto en marcha el reemplazo
del libre cambio por el comercio justo (fair trade instead of free trade). La
eliminación de este axioma librecambista implica la eliminación del modelo
corporativo o empresarial asociado a este neoliberalismo. Es decir, los
empresarios tendrán que volver a producir bienes y servicios en la perspectiva
de promover el bienestar general y la generación de empleos productivos, estables
y bien remunerados a nivel nacional. Lo que reinaba en las últimas décadas era
la búsqueda de reducir los costos financieros, trasladando la producción a
lugares donde se pudiera pagar el mínimo a la fuerza laboral y donde las
materias primas o bienes intermedios fueran al menor costo posible. Este es el
modelo de saqueo conocido como las maquilas. Con Trump este modelo corporativo
tiene los días contados.
Otro de los axiomas cuestionados por las decisiones de Trump
es la supuesta inevitabilidad de una sociedad posindustrial en la que
tendríamos que prescindir de la ciencia y la tecnología avanzadas y regresar a
la era de las cavernas, so pretexto de no contaminar el ambiente. Congruente
con esta visión maltusiana contemporánea habría que liquidar a miles de millones de
seres humanos que se consumen los supuestos recursos no renovables. Lo que ha dicho Trump, hasta el momento,
apunta a que a través de la inversión en las áreas de frontera de la ciencia,
como la exploración espacial, podremos descubrir y controlar nuevos principios
físicos que nos permitirán resolver las actuales limitaciones y crear nuevos
recursos. . Esto quiere decir que debemos desarrollar a plenitud tanto la
fisión como la fusión nuclear y la materia/antimateria, etc., como posibles
fuentes de energía barata y relativamente ilimitada en comparación con la
simple dependencia de los combustibles fósiles, que de todas maneras tienen una
vida limitada.
Si con lo que ha dicho y hecho Trump, hasta el momento, ha
puesto patas arribas al actual orden monetario, financiero y geopolítico
actual, imagínense la preocupación de los usureros de Wall Street y la City de
Londres si otras de las promesas formuladas por Trump, en la campaña
presidencial, se materializan?. Por ejemplo, como candidato Trump, prometió instaurar una ley Glass Steagall
universal. Es decir, volver a la legislación original de la década de los 1930,
de Franklin Delano Roosevelt, por la cual se separaban las actividades de la
banca comercial de la llamada banca de inversión (especulativa). Se protegían
las funciones esenciales de la banca comercial y de depósitos y se dejaba a su
propio riesgo todas las actividades especulativas de la banca. La Banking Act o
Ley de Bancos de los Estados Unidos de 1933 (Glass Steagall), junto con el New
Deal (programa de inversión masiva en infraestructura) de Franklin Delano
Roosevelt, fueron los instrumentos claves para derrotar a la Gran Depresión de
la década de los 1920. En 1999 la Glass Steagall fue derogada gracias al
cabildeo de los grandes bancos de Wall Street. Esto derogación contribuyó a que el sistema monetario y financiero
internacional se convirtiera en un gran casino financiero. Desde la debacle financiera de 2007 – 2008, ni
en los Estados Unidos ni en la eurozona, ha habido una legítima recuperación
económica basada en el crecimiento de la economía física (industria,
agricultura, infraestructura, ciencia y tecnología). Lo que ha ocurrido es que artificialmente
se ha mantenido vivo al sistema financiero, a través de inyecciones masivas de
liquidez, so pretexto de que los grandes bancos son demasiado grandes para
quebrar. Este es el famoso rescate financiero (bail out) que se ha llevado a
cabo a costa de los contribuyentes y a través de hiper emisiones monetarias y financieras mega inflacionarias
de la Reserva federal (flexibilización cuantitativa o quantitative easing),
para “salvar a los bancos”. Este es un desafío que enfrenta la administración
de Trump. Es imposible desencadenar el poder productivo del crédito (a bajas
tasas de interés y a largo plazo para actividades productivas) si no se
restablece la Glass Steagall.
La
demonización de Putin y Trump
La posibilidad de que Trump establezca una relación de
cooperación con Rusia, no sólo para enfrentar al terrorismo de ISIS, sino para
buscar eliminar el riesgo de una guerra termonuclear, ha disparado la histeria
del establishment financiero anglo americano que ve amenazada su geopolítica.
Después de la disolución pacífica de la Unión Soviética, y
de la conversión de Rusia a una economía de mercado, Rusia solo reclamo de
Occidente que no se fuera a sitiar nuclearmente su territorio, con
emplazamientos de misiles nucleares apuntando a Moscú desde los antiguos
territorios de la Unión Soviética. Y efectivamente esto es lo que ha venido
ocurriendo a través de la OTAN. Esta doctrina del mundo unipolar, donde las
potencias angloamericanas dictan las ordenes al planeta, obviamente no iba a
ser bien recibida por Rusia. En su utopía termonuclear los halcones han
pretendido que será posible incluso desarrollar armas nucleares de tal magnitud
que dejen sin posibilidad de respuesta a Rusia, frente a un primer golpe
nuclear de Estados Unidos, por ejemplo. La paz del mundo es precaria porque
naturalmente nadie va a aceptar la idea de un nuevo imperio romano y es imposible
que en un “ataque nuclear preventivo” del bloque angloamericano a Rusia, ésta
nación se vaya a quedar con los brazos cruzados. Lo único seguro frente a estos
escenarios utópicos es la posibilidad de una aniquilación de la especie humana.
Sin embargo, desde los Bush, Dick Cheney y Obama, la
doctrina militar de la OTAN ha sido acorralar nuclearmente a Rusia (y ahora
también a China) para alcanzar una pretendida hegemonía mundial. Ahora con la
elección de Trump es posible que esta relación adversaria entre Estados Unidos
y Rusia desaparezca y sea reemplazada por una cooperación mutuamente ventajosa.
La simple posibilidad de que esto ocurra ha puesto a Trump en la mira de los
poderes financieros de Wall Street y la City de Londres. Actualmente están en
marcha escenarios para: 1) Fomentar una “revolución” en los Estados Unidos contra
Trump, 2) Liquidarlo políticamente a
través de un proceso de destitución, y 3)
Asesinarlo, como ya empieza a sugerirse en las redes sociales y en
algunos medios masivos de comunicación.
En lugar de admitir que Hillary Clinton perdió las
elecciones, porque era la candidata de la continuidad de las políticas de Obama,
y el pueblo estadounidense estaba harto de las guerras, los drones, la crisis
económica, la miseria, el desempleo, etc., Wall Street disemina la absurda
especie de que la nación más poderosa del planeta fue hackeada por los rusos,
quienes le impusieron a los estadounidenses a Donald Trump. Lo que se pretende
es obligar a Trump a tener una postura adversaria contra Rusia para que así
demuestre que no es un “agente ruso”. Paralelamente se busca liquidarlo por
cualquier medio posible.
La nueva
Ruta de la Seda de China y el plan de infraestructura de Trump
Otra de las pesadillas del establishment financiero
angloamericano es que Trump y el presidente de China Xi Jinping puedan llegar a
un acuerdo estratégico para que el programa de infraestructura de Trump se
articule al programa chino de construcción de grandes obras de infraestructura
conocido como la nueva Ruta de la Seda (One Belt, One Road). Desde septiembre
de 2013, cuando se anunció la iniciativa china de la nueva de la Ruta de la
Seda, los bancos, empresas y el gobierno chino, han suministrado crédito y
puesto en marcha gran cantidad de todo tipo de proyectos de infraestructura masiva
(puertos, ferrocarriles, etc.) que están conectado a Eurasia y a África, en
particular, con incursiones en iberoamerica.
El 19 de marzo, Rex Tillerson, secretario de estado de los
estados Unidos se reunió con el presidente Xi Jinping, como parte de lo que se
ha calificado de preparativos de una cumbre entre Trump y Xi Jinping que se
realizaría principios de abril. En
conferencia de prensa con Wang Yi, canciller chino, Tillerson afirmó que la relación
con China se guía por el "no conflicto, no confrontación, respeto mutuo y
cooperación mutuamente beneficiosa". Buenos augurios de una relación
productiva entre las dos naciones.
Si se logra fraguar una relación de cooperación entre
Estados Unidos, Rusia y China, en
particular, que ponga en la agenda los proyectos de infraestructura y el
desarrollo de la ciencia y la tecnología, al tiempo que se aprueba la
reactivación de la Glass Steagall, en el contexto del impulso a las políticas
de industrialización del Sistema Americano, anunciadas por Trump, la humanidad,
en su conjunto, entrará en una nueva
etapa de desarrollo, nunca antes vista en la historia, un nuevo renacimiento
económico, científico y cultural planetario, preludio de un renovado impulso del imperativo extra terrestre humano:
explorar y habitar otras regiones del inmenso universo que nos rodea; sólo así
resolveremos todos los problemas que se enfrentan en el proceso de garantizar
la felicidad y sobrevivencia exitosa de nuestra especie humana.
El actual inquilino de la Casa Blanca es un hombre de carne
y hueso, impredecible, con ideas y pasiones profundas, y como lo ha demostrado
hasta ahora, con una decisión inquebrantable de cumplir con lo que prometió en
la campaña electoral, en beneficio del pueblo estadounidense. Todos debemos
ayudarle a que cumpla con su misión, que resulta ser congruente con la misión que nos proponemos los ciudadanos de
todas las naciones del planeta.
Para el caso de Colombia, en agosto de 2015, en el memorando
estratégico: Santos, Xi Jinping y las semillas de la paz, elaboré una propuesta
que es totalmente compatible con la perspectiva esbozada por el Presidente
Donald Trump. (Ver en: http://forodeproyectosestrategicos.blogspot.com.co/2015_08_01_archive.html
Bogotá, Colombia, 28 de marzo de 2017.